sábado, 31 de octubre de 2020

Guernica, Grabois, el infantilismo revolucionario y una pequeña ayuda de Trump

La insoportable pandemia del coronavirus tapa con un humo bastante homogéneo una gestión de gobierno que probablemente se encuentre entre las peores de la historia argentina, si no es la peor.

Un 48% de los argentinos son corresponsables de haber llevado al poder a una coalición de fuerzas dispares, heterogéneas, antagónicas, corruptas, de constantes fracasos en cada gestión en la cual intervinieron; y ahora miran para otro lado y no quieren hacerse cargo de sus decisiones.


Una coalición que en cada puesto importante puso un militante, de acuerdo a una prolija distribución de sillones entre los sectores componentes de la misma. Un militante que en el 90% de los casos (siendo generoso) no tiene la más remota idea de como gestionar el ministerio, secretaría, instituto, empresa en la cual fue colocado. Malena Massa en AySA, Cabandié en Medio Ambiente, Ginés en Salud de la Nación, Larroque en “Desarrollo de la Comunidad" en la provincia de Buenos Aires, Kicillof en la gobernación de Buenos Aires, Krepalk y Gollán en Salud de la provincia, Donda, Lewin, Cafiero, Guzmán, Sabbatella, Lammens y sigue una interminable lista. Que puede salir mal.


Una situación mundial complicada y una situación local que se desmadró luego del triunfo de Alberto Fernández en las PASO, hubieran necesitado un gobierno enfocado, analítico y pragmático. Muchos creyeron ver en Alberto esa persona, pobres ilusos e inocentes integrantes de ese 10% que decide cada elección en la Argentina por una tira de asado y un fernet 70/30.


En lugar de eso, tenemos una coalición gobernante que intenta imponer una agenda progre, ideologizada y sin objetivos claros ni asertivos para resolver la crisis argentina.


Una coalición que en cada tensión existente en el país, tiene integrantes a cada lado del mostrador, como por ejemplo en temas tan importantes como la propiedad privada, la seguridad y la economía.


Dejando de lado las barbaridades que han dicho el presidente y su Ministro (ahora sí tenemos ministerior….) de Salud con respecto a la pandemia, podríamos focalizarnos en el resto de las barbaridades.


El caso Vicentín y la soberanía alimentaria, dieron pie a que una serie de impresentables pseudo intelectuales elaboren rebuscadas teorías acerca del tema, que se agotaron de a poco, se desvanecieron, a medida que la Justicia se ponía los pantalones y fallaba como debería hacerlo en un país serio, con el respaldo de gran parte del país productivo. El intento de empresa de referencia en el mercado, murió a poco de iniciar su camino intelectual.


Luego de esto apareció la renovada violencia de los pseudo mapuches en el sur, cobijados por un ente ESTATAL, el INAI (Instituto Nacional de Asuntos Indígenas). Entre nosotros, no se porque no le pusieron de Pueblos Originarios….Otro juez ordenó desalojar una violenta toma, donde la falta de autoridad provincial y nacional pusieron en peligro a muchos ciudadanos vecinos de esa toma realizada por un grupo secesionista, que no reconoce autoridades nacionales ni provinciales y tiene el apoyo de gran parte del consenso progre argento, herederos de Santiago Maldonado.


Guernica venía desde hace meses y terminó como iba a terminar, dado que ya todos sabemos que en estos casos alargar cualquier decisión que se vaya a tomar, hará que el final sea desordenado, violento e injusto para todos los involucrados y observadores. Nuevamente los integrantes del consenso progre aliado circunstancial del gobierno, fueron los principales combativos contendientes de la policía y además principales aliados inesperados de los que lucran con estas tomas. 


Y para finalizar, Grabois y el Proyecto Artigas. Un proyecto que así como se dio a conocer un 15 de octubre, murió sin gloria y dando bastante pena un 30 del mismo mes. Una combinación de infantilismo revolucionario, delitos contra la propiedad y mentiras verdaderas apoyada nuevamente por el consenso progre y por funcionarios estatales y provinciales, sin que el Estado se atreva a dar un veredicto de acuerdo a lo que indican la Constitución, las Leyes y el sentido común. Nuevamente una jueza no dejó lugar a dudas (luego de un dubitativo juez subrogante anterior) y decretó una nueva derrota de la coalición gobernante. Pero para agregar otro granito de arena a la confusión general, el presidente declaró que la idea de delegado papal Grabois, no es descabellada...


¿Cuál será la próxima? ¿Cuando la Corte Suprema ya dictamine sobre el pedido de traslado de los jueces promovido por la coalición en busca de la impunidad de su Reina?


¿Cuál será el próximo descalabro al cual nos veremos expuestos los argentinos?   


¿A qué otras plagas nos expondrán aquellos que gobiernan hace décadas con resultados conocidos por todos? ¿Cuál será el resultado del populismo sin plata? ¿Será por eso que se necesitan estas intentonas ideológicas absolutamente inútiles, para tapar la falta de fondos que el peronismo siempre ha distribuido con impericia y nunca ha podido generar de manera sustentable por sus medidas?


¿Cuál será el próximo intento revolucionario de estos émulos del Che Guevara?


Sin dudas, el mundo y por ende la Argentina, necesitan el triunfo de Trump la semana que viene.


¿Se imaginan a Kamala Harris (no a Biden porque no existe) y a todo el consenso progre del ex-partido demócrata gobernando la primera potencia mundial? Los Dioses nos amparen.

Buscá con Google

Google