domingo, 5 de noviembre de 2023

Alineamiento automático y falta de análisis. Las opiniones políticas del siglo XXI

En la última campaña electoral en Argentina, una persona candidata a presidente fue acusada por su pasado militante de cuando tenía 18 años y luego acusada, por los mismos, de haber cambiado su manera de pensar. Bastante insólito. 

La respuesta de esta persona fue explicar que a los 18 años estuvo equivocada en los métodos e ideas base (sin el falso arrepentimiento cristiano) y que luego, a través de los años, el estudio, el razonamiento, había determinado que el movimiento al cual adscribió de joven, había sido el causante de la decadencia argentina. Obviamente que no conformó a casi nadie. En general, el votante medio cree que él mismo piensa lo mismo que 30, 40 años atrás, lo cual es falso de toda falsedad. Y así estamos con falsos ídolos y tótems.

En un post del año pasado apenas comenzada la guerra en Ucrania (https://incorreccion.blogspot.com/2022/02/de-experto-en-vacunas-especialista.html) ya exponíamos el alineamiento automático de las personas que se creen politizadas, especialmente en casos de política internacional acerca de los cuales desconocen casi todo con absoluta certeza. 

Se vio en Ucrania, se ve hoy en Palestina, se ve en todos lados. Lo dijimos ayer y los hechos nos lo confirmaron. 

Hoy, acerca del conflicto de Gaza, el alineamiento con los palestinos o con los israelíes se da de manera automática.

  • Izquierda, Islam, amigos de Rusia, progresismo en general, automático alineamiento con Palestina.
  • Judíos, Derecha, Evangelismo, neocon norteamericanos, amigos de USA y pusilánimes de toda laya, con Israel.

Los países, similares razonamientos. Los indecisos o aquellos que contrarían la opinión que debieran dar de acuerdo a quienes son, son vomitados. Entre ellos, nosotros. Nuestra posición basada en el análisis, razonamiento y falta de compromiso con alguna de la partes, es más favorable a la causa palestina en general. No hablamos ni de Hamas, ni Al-Fatah o la vieja OLP. Hablamos solo del pueblo palestino, al cual los del grupo pro-Israel le quitan entidad pero en 1947 National Geographic los reconocía, como podemos ver en la imagen.

A nosotros nos dicen que deberíamos apoyar a Israel, por un montón de causas que suenan razonables pero bajo un análisis objetivo, pierden fuerza. La mayoría de los partidos políticos europeos que solemos seguir con cierta simpatía, apoyan a Israel sin condicionamientos y pareciera que deberíamos hacer los mismo, pero no lo haremos. Porque no es la manera en la cual se toman posiciones. Para nosotros, como analistas y críticos de la realidad, el alineamiento automático no existe. Lo cual, nos genera dos cosas:

  • Absoluta libertad para buscar información, analizarla y emitir una opinión
  • Generalmente repudio ante nuestra opinión.

Ahora, ¿Dónde buscar información  en Occidente, donde la gente está colonizada por Hollywood y Netflix, idiotizada por los medios masivos y amenazada por las empresas en donde trabajan? La empresa parece complicada pero Internet, esa increíble ventana que se abrió para garantizar la libertad de opinión, nos ayuda mucho. ¿Infobae solo nos muestra a los muertos israelíes? OK, visitamos Al-Jaazera (el excelente medio Qatari) y podemos contrastar la información. Vamos a Twitter, leemos opiniones de todo tipo, imágenes tomadas por personas on-site, opiniones de judíos críticos a Israel (quizás las más importantes, por ser parte y tener honestidad intelectual), metemos todo en una licuadora intelectual y podemos emitir una opinión. La misma que emitimos día a día por las redes. A pesar que no les guste ni a propios ni a extraños.

El ataque de 7 de octubre fue salvaje. Muchos inocentes muertos. Quizás menos salvaje que lo que los israelíes nos cuentan y más salvaje que los musulmanes nos relatan. Pero la pregunta a los judíos, era si ellos hubieran condenado de igual manera el levantamiento el Gueto de Varsovia. Sin respuesta de ningún tipo.


lunes, 16 de octubre de 2023

Una tragedia previsible, un Occidente ciego y complaciente: Gaza

 


Desde hace aproximadamente 200 años, primero Inglaterra y luego su sucesor Estados Unidos, han peleado muchísimas guerras. Todas, salvo un par de hechos muy puntuales, han ocurrido fuera de las metrópolis de ambos imperios. Pero también en casi todas esas guerras, un hecho moderno y novedoso apareción en la política internacional con una homogeneidad que asusta cuando la analizamos claramente. De la mano de una muy hábil propaganda, miles de propagadores y millones cegados por los medios de comunicación y los educadores, el enemigo es generalmente deshumanizado y sus líderes, siempre, son locos.


Desde Napoleón, pasando por Bismarck, el Kaiser alemán, obviamente Hitler, Japón, los vietnamitas, Hussein, Osama bin Laden, Hamás, Irán y finalmente Putin. Por otro lado, los líderes de esos dos países, sus fuerzas armadas y su personal de soporte, son impolutos defensores de la democracia y de los derechos humanos. Y han convencido a propios y a extraños, que sus objetivos son siempre puros y bien intencionados.


Las dos bombas atómicas sobre Japón, son ignoradas. El brutal bombardeo sobre Alemania es casi desconocido, y la gente solo recuerda los que se efectuaron sobre Londres, mucho menores. Los 10 millones de alemanes deportados luego de la 2da guerra mundial es un hecho desconocido. El napalm sobre Vietnam, un accidente. A los cientos de miles de muertos en Irak, se los tragó el desierto. Y así con todo.


Colonia, Alemania. 1945
Este razonamiento en Occidente configura una posición casi monolítica, con algunas voces disonantes que, como en “democracia” no deberían ser reprimidas su opiniones, son sujetos al método que la democracia tiene reservado para estas personas. Son “herejes”. Integran virtuales listas negras que complican su vida laboral, artística, personal. 

Los medios de comunicación masivos ignoran y/o maquillan estos hechos. Es difícil encontrar una fisura entre ellos. Por suerte hoy tenemos Internet, que nos permite acceder a medios alternativos o directamente a individuos en el lugar de los hechos. 


Sin embargo, nuestros familiares, amigos, vecinos, simpres ciudadanos que viven una vida tranquila y apacible de manera muy lejana a estos acontecimientos, realmente creen que hay en el mundo una serie de villanos que merecen que, de vez en cuando, los Estados Unidos emprendan una de sus habituales expediciones punitivas, pateando en el trasero a esos terroristas. Cuando les mostramos los “daños colaterales” que esos ataques causan, solo entrecierran los ojos y levantan los hombros, ignorándolos.


Al dúo Inglaterra-Estados Unidos, se les ha sumado Israel. Nada nuevo les puedo agregar a quienes, como Uds., leen y se informan diariamente y, además, tienen la honestidad intelectual para analizar los hechos de la manera más imparcial posible. Solo pregunto, como le he preguntado a varios defensores de Israel (judíos y ni judíos), sin encontrar ni una respuesta:


  1. ¿Qué diferencia hay entre el levantamiento de Gaza o Cisjordania, con aquel del Gueto de Varsovia?

  2. ¿Cuál sería la diferencia entre la política de Apartheid de la multi condenada Sudáfrica con la de Israel?

  3. ¿Los civiles palestinos, asesinados desde hace décadas, fundamentalmente niños, valen menos que las víctimas judías?



Les dejo una nota de opinión de Aaron Mate. Periodista nacido en Canadá de origen judío. Obviamente si buscan sus antecedentes en la red, se encontrarán con un … hereje.




Las raíces de la limpieza étnica de Israel en Gaza: Israel siempre ha elegido la ocupación y la supremacía por encima de la paz y la seguridad.

AARON MATE



“En unos pocos días”, escribe Amira Hass, la veterana corresponsal israelí que ha informado durante décadas desde los Territorios Ocupados, “los israelíes pasaron por lo que los palestinos han experimentado como una cuestión de rutina durante décadas y todavía están experimentando”, incluyendo incursiones militares, muerte, crueldad, niños asesinados, cadáveres amontonados en el camino, asedio, miedo, ansiedad por los seres queridos, cautiverio... y humillación abrasadora”.


La operación liderada por Hamás contra bases militares israelíes y barrios civiles mató a más de 1.300 israelíes, además de al menos 120 tomados como rehenes. Si bien soportar ese tipo de violencia puede ser una rutina para los palestinos, Gaza enfrenta ahora el ataque militar israelí más calamitoso hasta la fecha.


En menos de una semana, al momento de escribir este artículo, Israel ha matado a más de 2.300 personas, incluidos 724 niños. Los ataques israelíes han alcanzado edificios residenciales, mezquitas, escuelas, hospitales, universidades y civiles que huyen. Israel ha intensificado su ya paralizante bloqueo cortando todos los alimentos, el agua y la electricidad. Ha ordenado la expulsión de 1,1 millones de residentes del norte de Gaza, “una sentencia de muerte para los enfermos y heridos”, advierte la Organización Mundial de la Salud. Si Israel no restablece el suministro de agua de Gaza, dice la agencia de las Naciones Unidas para los refugiados palestinos, “la gente empezará a morir de deshidratación grave”.


Ante la amenaza de una invasión terrestre, Israel amenaza con cometer atrocidades en una escala aún mayor, al tiempo que defiende una retórica que exige una limpieza étnica o incluso un genocidio.


Justificando lo que llamó el “asedio completo” de Gaza, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, declaró que su gobierno está “luchando contra los animales humanos”. Según el ex viceministro de Asuntos Exteriores israelí Danny Ayalon, el plan israelí es obligar a los palestinos a ir al “espacio casi infinito del desierto del Sinaí, justo al otro lado de Gaza”, donde puedan vivir en “ciudades de tiendas de campaña”. El presidente israelí Isaac Herzog declaró efectivamente que no hay civiles inocentes en Gaza, hogar de “una nación entera… que es responsable”. Invocando la limpieza étnica de cientos de miles de palestinos antes y después de la fundación de Israel en mayo de 1948, conocida como la Nakba (“catástrofe”), Ariel Kallner, un parlamentario israelí, dijo que Israel tiene “un objetivo”: una “Nakba que eclipsará la Nakba del 48”.


Incluso cuando crece la amenaza de una escalada regional, la administración Biden respalda plenamente la sed de sangre de Israel. Los llamados a un alto el fuego, declaró el secretario de prensa de la Casa Blanca, son “repugnantes”. Incluso se ha ordenado a los empleados del Departamento de Estado que eviten mencionar los términos “desescalada/alto el fuego”, “fin de la violencia/derramamiento de sangre” y “restablecimiento de la calma”.


La postura de Biden es compartida por ambos partidos políticos, y sólo un puñado de legisladores exigen un alto el fuego. Mientras Estados Unidos respalda el ataque de Israel, “podríamos estar a punto de ver una limpieza étnica masiva” en Gaza, advirtió un funcionario de la Unión Europea.


Como en casos anteriores, los medios de comunicación y el establishment político occidentales justifican el apoyo predominante al ataque a Gaza afirmando que Israel tiene “el derecho a defenderse” y no tiene otra opción contra los militantes palestinos que se niegan a aceptar su existencia.


Desde el punto de vista jurídico, la primera afirmación es falsa: si bien Israel tiene un derecho internacionalmente reconocido a defenderse de un ataque, no tiene derecho a cometer crímenes de guerra contra una población civil sitiada. Además, Israel no se está “defendiendo” de un agresor externo, sino de una población interna encarcelada a la que también se le reconoce el derecho a resistir la ocupación militar (pero no, como es evidente, a matar y secuestrar a civiles israelíes). Por lo tanto, adoptar la narrativa israelí-estadounidense requiere “ignorar la violencia y la crueldad estructurales de Israel”, escribe Amira Hass, “y el contexto del continuo despojo de su tierra por parte del pueblo palestino”.


Desde hace tiempo se reconoce en los más altos niveles que Israel se está “defendiendo” de un pueblo que ha colonizado. En un funeral celebrado en 1956 por un soldado israelí asesinado por palestinos en Gaza, el general Moshe Dayan, uno de los líderes militares más famosos de Israel, aconsejó lo siguiente:


No echemos hoy la culpa a los asesinos. ¿Por qué deberíamos deplorar su odio ardiente hacia nosotros? Durante ocho años han estado en los campos de refugiados de Gaza, y ante sus ojos hemos ido transformando las tierras y las aldeas donde vivieron ellos y sus padres en nuestra propiedad.


Dayan, que dirigió las fuerzas israelíes en la campaña militar durante la fundación de Israel en 1948, reconoció que su país se originó con el despojo de los palestinos y el robo de sus hogares. Sin embargo, su reconocimiento no fue un acto de remordimiento. En lugar de intentar revertir o reparar la expulsión forzada de palestinos, Dayan decretó que Israel debería mantener la colonización con aún más agresión:


Somos una generación que coloniza la tierra y sin el casco de acero y las fauces del cañón, no podremos plantar un árbol y construir un hogar... No temamos mirar de frente al odio que consume y llena las vidas de cientos de árabes que viven a nuestro alrededor. No bajemos la mirada, no sea que nuestros brazos se debiliten. Ese es el destino de nuestra generación. Ésa es nuestra elección: estar preparados y armados, duros y duros, o de lo contrario la espada caerá de nuestras manos y nuestras vidas serán truncadas.




En los casi 70 años transcurridos desde que Dayan pronunció esas palabras, Israel les ha prestado atención ampliando su robo de tierras palestinas y creando nuevas generaciones de refugiados. Como reconoció B'Tselem, el principal grupo israelí de derechos humanos, en 2021, esto ha convertido a Israel en “un régimen de apartheid” que “promueve y perpetúa la supremacía judía entre el mar Mediterráneo y el río Jordán”.


Un momento fundacional para el régimen de apartheid de Israel fue su conquista de Cisjordania y la Franja de Gaza en 1967, que puso a millones de palestinos bajo la ocupación militar israelí. Como lo hizo en 1956, Dayan articuló con franqueza lo que se convirtió en la política rectora: “Ustedes, los palestinos, como nación, no nos quieren hoy, pero cambiaremos su actitud al imponerles nuestra presencia”. Bajo el dominio israelí, dijo el general israelí, los palestinos ocupados “vivirán como perros, y quien se quiera ir, se irá”.


En Gaza, una de las zonas más densamente pobladas del mundo, esta ocupación israelí forzada ha confinado a una población de 2,3 millones, más de la mitad de ellos niños, a lo que el ex Primer Ministro del Reino Unido, David Cameron, ha descrito como “una prisión al aire libre”,  o lo que el profesor de la Universidad Hebrea Baruch Kimmerling llamó “el campo de concentración más grande que jamás haya existido”.


La famosa “retirada” de Israel de 2005 ha sido descrita falsamente como el fin de la ocupación de Gaza cuando, en realidad, sólo profundizó el tormento. Después de años de bloqueos de facto, Israel impuso un asedio total en 2007. Esta fue la respuesta de Israel y Washington a la sorpresiva victoria de Hamás en las elecciones legislativas palestinas del año anterior, cuando los votantes rechazaron a la corrupta e inepta Autoridad Palestina respaldada por Occidente. Luego, Hamás tomó el control total de Gaza en una operación preventiva contra un complot golpista respaldado por Estados Unidos que buscaba socavar sus logros electorales. Hillary Clinton lamentó más tarde que Estados Unidos no hubiera manipulado el voto palestino. "Si íbamos a impulsar una elección, entonces deberíamos habernos asegurado de hacer algo para determinar quién iba a ganar", dijo.


Como no logró frustrar la democracia palestina, Israel, nuevamente con el respaldo de Estados Unidos, recurrió a castigar a los civiles de Gaza por votar de manera incorrecta. Al controlar el flujo de bienes y energía a Gaza, Israel restringió las importaciones de alimentos basándose en un cálculo del número preciso de calorías que serían necesarias para devastarlas sin desencadenar una crisis de desnutrición en toda regla. “La idea”, explicó el asesor israelí Dov Weisglass, “es poner a dieta a los palestinos, pero no hacerlos morir de hambre”.


Bajo control israelí, más del 90% del agua de Gaza dejó de ser apta para el consumo humano. En 2018, las Naciones Unidas declararon que las condiciones eran tan espantosas que el territorio podría volverse “inhabitable” en unos años. El asedio israelí ha estado acompañado de ataques militares periódicos que mataron, hirieron y desplazaron a decenas de miles de palestinos.


El compromiso de Israel de imponer el despojo y la ocupación de los palestinos también lo ha llevado a socavar cualquier perspectiva de la solución de dos Estados que decía apoyar.


Los Acuerdos de Oslo de 1993 entre Israel y la Organización de Liberación de Palestina (OLP) fueron “fundados sobre una base neocolonialista”, en palabras del ex Ministro de Asuntos Exteriores israelí Shlomo Ben-Ami. "Uno de los significados de Oslo", explicó Ben Ami, "fue que la OLP fue finalmente colaboradora de Israel en la tarea de sofocar la intifada", un levantamiento popular y en gran medida no violento contra la ocupación israelí, "acortando así lo que estaba claramente una lucha auténticamente democrática por la independencia palestina”. Los arquitectos israelíes de Oslo, incluido el primer ministro Yitzhak Rabin, nunca “quisieron que la autonomía marcara el comienzo de un Estado palestino”.


Como esfuerzo neocolonial disfrazado de “proceso de paz”, durante la era de Oslo se duplicó la población de los asentamientos israelíes en sus primeros ocho años. La llamada “generosa oferta de paz” de Israel en Camp David en julio de 2000 –ampliamente citada por funcionarios israelíes y expertos occidentales como prueba de la voluntad israelí de “comprometerse” y de la negativa palestina a “coexistir”– fue en realidad una perpetuación de la artimaña neocolonial de Oslo. Como reconoció años más tarde el propio Ben-Ami, que participó en la cumbre como uno de los principales negociadores israelíes: “Si yo fuera palestino, también habría rechazado Camp David”.


En 2002, la Liga Árabe ofreció a Israel la normalización total a cambio de una retirada de todos los territorios árabes (sirios, libaneses y palestinos) que ocupó en 1967; la creación de un Estado palestino en Cisjordania y Gaza, con Jerusalén Oriental como capital; y una “resolución justa” a la cuestión de los refugiados. Posteriormente, la iniciativa fue respaldada por Irán, que firmó una declaración de diciembre de 2017 que pedía una “solución de dos Estados con Jerusalén Oriental como capital del Estado de Palestina”.


La propuesta requeriría que Israel pusiera fin a su ocupación de Cisjordania y abandonara los bloques de asentamientos ilegales, que se reparten tierras palestinas y consumen desproporcionadamente preciosas reservas de agua. Más tarde, la Liga Árabe señaló que aceptaría intercambios de tierras mutuamente acordados, como ya lo había hecho la Autoridad Palestina, que podrían mantener algunas áreas de asentamiento bajo control israelí. Pero incluso la oferta israelí de mayor alcance, presentada por el Primer Ministro saliente Ehud Olmert en 2008, rechazaba la paridad en cualquier intercambio territorial. Como escribió el veterano negociador israelí Michael Herzog en 2011: “Hasta la fecha, ningún gobierno israelí ha aceptado la estipulación palestina de que los intercambios de tierras sean totalmente iguales en tamaño y ‘calidad’”.


Israel ha rechazado repetidamente la iniciativa diplomática de la Liga Árabe e incluso se ha negado a aceptarla como base para futuras negociaciones. Al rechazar la solución de dos Estados basada en las fronteras de 1967, Israel ha mostrado una posición menos complaciente que incluso la que Hamás, en un momento, afirmó apoyar.


En una entrevista de marzo de 2008, Khalid Mishal, jefe del buró político de Hamás, afirmó que “la mayoría de las fuerzas palestinas, incluido Hamás, aceptan un Estado con las fronteras de 1967”. En 2013, Ghazi Hamad, viceministro de Asuntos Exteriores de Hamás, reafirmó esta postura: “Acordamos el establecimiento de un Estado palestino con Jerusalén como su capital, dentro de las fronteras de 1967, y que esto incluiría una solución al problema de los refugiados”.


Si bien Hamás rechazó explícitamente cualquier reconocimiento de Israel, su aceptación de un Estado palestino dentro de las fronteras de los Territorios Ocupados –alrededor del 22% de la Palestina histórica– constituyó un reconocimiento tácito de las fronteras internacionalmente reconocidas de Israel en el otro lado. Esto contrastaba con la posición de Israel, que aceptaba nominalmente la noción de un Estado palestino, pero seguía comprometido a mantener los grandes bloques de asentamientos en Cisjordania que harían que dicho Estado fuera no contiguo y, por tanto, insostenible.


Habiendo frustrado la perspectiva de una solución de dos Estados, Israel también ha aplastado violentamente cualquier esperanza de una resistencia palestina no violenta. En marzo de 2018, decenas de miles de palestinos lanzaron la Gran Marcha del Retorno, una campaña para romper el asedio de Gaza. "Gaza es un gueto y lo que está sucediendo... es un levantamiento del gueto", escribió el veterano periodista israelí Gideon Levy. Israel respondió al levantamiento del gueto matando a tiros a al menos 214 palestinos, entre ellos 46 niños, e hiriendo a más de 36.000. Los expertos occidentales que habían implorado en voz alta a los palestinos que adoptaran la no violencia de Gandhi guardaron un estruendoso silencio.


Mientras tanto, el gobierno de Netanyahu volvió a una política de larga data de apuntalar el gobierno de Hamás, reconociendo que el aislamiento global y las divisiones internas del grupo podrían explotarse para socavar la posibilidad del Estado palestino que algunos líderes de Hamás habían afirmado aceptar. “Cualquiera que quiera frustrar el establecimiento de un Estado palestino tiene que apoyar el fortalecimiento de Hamás y la transferencia de dinero a Hamás”, explicó Netanyahu a los miembros del Partido Likud en marzo de 2019. “Esto es parte de nuestra estrategia: aislar a los palestinos en Gaza de lo palestinos en Cisjordania”.


Tras haber profundizado con éxito el aislamiento palestino, el gobierno de Netanyahu ha intensificado la opresión. La política israelí rectora, declaró el gobierno de Netanyahu en diciembre de 2022, es que “el pueblo judío tiene un derecho exclusivo e inalienable a todas las partes de la Tierra de Israel”. Esto incluía a Gaza, explicó la ministra del Gabinete, Orit Strock, en marzo de este año. “Creo que, al final del día, el pecado de la retirada [de Gaza] será revertido”, dijo Strock. “Lamentablemente, un regreso a la Franja de Gaza implicará muchas víctimas... Pero en última instancia es parte de la Tierra de Israel, y llegará el día en que regresaremos a ella”.


Tareq Bacouni, ex analista senior del International Crisis Group, resume cómo el gobierno supremacista de Netanyahu ha pisoteado recientemente los derechos inalienables de los palestinos:


Bajo el gobierno más derechista de su historia, Israel ha llevado a cabo invasiones a gran escala de campos y ciudades de refugiados palestinos en Cisjordania, matando e hiriendo a decenas de personas. Los combatientes israelíes armados han irrumpido en las calles y hogares palestinos casi todas las noches, a menudo sacando a los niños de sus camas en medio de la noche para llevarlos a detención administrativa, actos de terror que en gran medida no han sido reportados en la prensa occidental.


El Estado ha acelerado sus expulsiones de palestinos de sus hogares en Jerusalén y Cisjordania y ha ampliado la construcción de asentamientos ilegales. Los colonos han llevado a cabo ataques semanales contra aldeas palestinas, atacando y en algunos casos matando a palestinos, incendiando sus casas y destruyendo sus propiedades, a menudo bajo la protección de soldados israelíes. La policía secreta nacional ha facilitado y fomentado la violencia contra los ciudadanos palestinos. Altos miembros del gobierno de Israel y extremistas judíos mesiánicos han sido cada vez más agresivos en sus provocaciones dentro y alrededor del complejo de la Mezquita del Noble Santuario en la Jerusalén Oriental ocupada. En las semanas previas a la ofensiva de Hamás, el Estado reforzó el bloqueo sobre Gaza restringiendo aún más el movimiento de entrada y salida.


Habiendo elegido siempre la ocupación y la supremacía sobre la paz y la seguridad, Israel ha optado ahora por devastar, desplazar y asesinar aún más a los palestinos ocupados en represalia contra aquellos que han contraatacado.


Zaha Hassan y Daniel Levy, ex asesores de sus respectivos gobiernos palestino e israelí, ofrecen tres puntos de acuerdo que podrían ayudar a poner fin a la crisis actual:


En primer lugar, el ataque militante contra civiles israelíes fue desmedido, inhumano y violó el derecho internacional. En segundo lugar, el castigo colectivo de Israel contra los civiles palestinos y sus acciones en Gaza son desmedidos, inhumanos y una violación del derecho internacional. Y, en tercer lugar, hay que abordar el contexto de ocupación y apartheid en el que esto se está desarrollando si se quiere mantener la integridad y ser capaz de trazar una estrategia en el futuro en la que tanto palestinos como israelíes puedan vivir en libertad y seguridad. Si podemos defender estas tres verdades, entonces será posible evitar más víctimas, asegurar la liberación de los prisioneros y alejarnos del precipicio.


Hassan y Levy condicionan su orientación al principio de que “uno acepta la humanidad y la igualdad de todas las personas sin discriminación ni distinción”. Israel ha rechazado explícitamente este principio desde su fundación. Y con el apoyo de Washington, la determinación de Israel de imponer el despojo y la subyugación de los palestinos está dando lugar a una nueva campaña de limpieza étnica ante nuestros ojos.


lunes, 28 de febrero de 2022

De experto en vacunas a especialista militar

Rápidamente, aquellos especialistas en pandemias, cuarentenas y vacunas; pasaron a ser expertos economistas que nos explicaban como negociar la deuda externa para luego convertirse en analistas militares y de relaciones internacionales que, convengamos, a muchos les queda mucha más cómodo y pueden decir una serie de barbaridades incomprobables con la misma firmeza y convicción que le piden 100 gramos de jamón cocido al chino.


Claramente tenemos algunas variantes entre estos personajes, a lo cuales podemos dividir en 3 grupos, iguales de ignorantes. Los pro Ucrania, OTAN y la “democracia”; los pro Rusia y pro Putin, y aquellos que no se juegan por ninguno de los dos bandos y esgrimen algunas absurdas teorías conspiracionistas.


Los primeros son de sensibilidad selectiva. Difícilmente pueden ubicar a Ucrania en un mapa. Su solidaridad con las víctimas básicamente tiene que ver con quien es el atacante. Nunca veríamos sus lágrimas por víctimas palestinas, iraquíes, afganas, yugoslavas o cualquiera de las colateralidades de una operación militar de EE.UU. (aunque lleven la bandera de la OTAN u ONU) o algunos de sus aliados. Son capaces de justificar hasta la exasperación un ataque israelí que deje decenas de niños muertos pero sacan en tapa de conocidos matutinos a un anciano ucraniano con heridas leves y un crespón negro. 

Los segundos son básicamente anti norteamericanos e izquierdistas. Aprovechan cualquier oportunidad para destilar su tradicional resentimiento general, y cuentan la invasión a Ucrania como si fuera un partido de fútbol, festejando cada cohete ruso como si fuera un gol. Muestran la misma sensibilidad selectiva que el grupo anterior, pero de manera totalmente inversa, están totalmente preocupados por los rusos del Donbas así como creían que era una exageración de Hitler la suerte de los alemanes residentes hacía siglos en el Sudeteland. Algunos creen que el ataque ruso representa la resurrección de la U.R.S.S., en tanto otros creen que la 11va economía del mundo es capaz de poner de rodillas a EE.UU. Viendo las últimas sanciones de Occidente a Rusia, uno se plantea si Putin no pensó que eso podría pasar….


El tercer grupo es muy interesante. Es el grupo de la tercera posición en todo hecho político y, generalmente, analizan todo en función a guerras y acontecimientos de hace 100 años. Nunca toman partido por nada, se oponen a todo. Este grupo se caracteriza por expresar todo con fotos, memes y frases altisonantes. Putin pasa de ser comunista a ser judío o sionista, Rusia y Ucrania son a la vez países sionistas enfrentados, Ucrania es un regimen neonazi (por lo cual lo apoyan o defenestran según sea el caso), Rusia es una dictadura zarista o el más delirante que esta guerra no existe y el agresor es Ucrania, 


Con esta guerra pasan algunas cosas muy interesantes. El ejército ruso, a la fecha de esta publicación, está demostrando la misma ineficiencia que ha mostrado a lo largo de su historia y la misma incapacidad de ejecución de operaciones militares quirúrgicas que mostró desde 1980 a la fecha. El tradicional rodillo ruso es una operación militar que no repara en daños a los civiles del bando contrario como así tampoco no repara en las bajas propias. Y hoy esto es difícil de hacer.


Al promediar la guerra de Vietnam, los ciudadanos norteamericanos veían cada noche en sus pantallas de TV lo que había pasado ese día en esa guerra. Y eso fue uno de los detonantes de la oposición interna a dicho conflicto. Así fue que aprendieron y en 1983, durante la invasión a la pequeña Granada, no se permitió bajar a los corresponsales periodísticos de los barcos hasta que la operación militar hubiera concluido. 


Ahora, ¿cómo se puede llevar a cabo una guerra de esta envergadura en plena Europa, siendo televisada en vivo y replicada en las redes hasta el hartazgo? Teniendo en cuenta que en general en las guerras ningún bando quiere demasiados testigos, ¿cómo lidiará Rusia con esto?



Lo veremos durante los próximos días.

 

sábado, 25 de septiembre de 2021

La Batalla Cultural

La desesperación de los dirigentes peronistas luego de una de sus mayores derrotas electorales de la historia, tiene su sentido y su explicación. El peronismo ha dejado de ser un partido político (si alguna vez lo fue) para convertirse en un partido del Poder. Es decir, sus dirigentes detentan el Poder a nivel nacional, provincial y municipal (en estos dos últimos casos salvo excepciones) desde hace décadas, y la lucha por un resultado electoral no tiene como objetivo la discusión de ideas, la intención de crear un país mejor o de mejorar las condiciones de vida de sus habitantes, sino de conservar los resortes de poder territoriales, gremiales o empresarios que detentan. Es una lucha de supervivencia, por eso es tan cruel. Es muy difícil ver que un dirigente de esa fracción vuelva a la actividad privada (si es que alguna vez estuvo) luego de perder una elección. No, se aferran a sus posiciones con uñas y dientes y, cuando las pierden o están a punto de perderlas, pueden ser tan feroces como lo vemos a diario.

En esta posición no solo están los dirigentes del partido, sindicato o organización barrial, sino todas las personas que los integran o detentan cargos en la administración pública. La tan denostada por ellos "Teoría del Derrame Económico", a la cual critican siempre, se hace realidad en sus actividades: dirigentes que se han convertido en millonarios, tienen colaboradores con muy buen nivel de vida hasta llegar a los escalones más bajo de las organizaciones, con un puestito estatal o una batería de planes sociales. Todo esto está en riesgo cuando se pierde una elección.

Luego de las innecesarias, costosas e inútiles PASO, este gigante estatal parasitario reaccionó de manera brutal. La gran electora generó un pequeño golpe palaciego, donde quienes detentaban la presidencia de la Nación y la gobernación de la provincia de Buenos Aires tuvieron que sacrificar a varios de sus colaboradores más cercanos, con alguna tibia protesta en un caso y una genuflexión a prueba de balas en el otro.

Todo apunta al 14 de noviembre, las elecciones reales. Hasta esa fecha, todo será una fiesta. Una buena noticia por día, una repartija a diestra y siniestra de planes sociales, aumentos salariales, rebajas impositivas, regalos de bicicletas y electrodomésticos e incluso, el festejo de un embarazo, cuando hasta hace poco festejaban y aplaudían los abortos. Todo será poco para conseguir la supervivencia.

Pero no seamos necios. Las PASO de 2019 perdidas por Mauricio Macri, tuvieron un efecto similar (más tenue) en su agrupación política. También se tiró dinero a la calle con el fin de revertir una elección que era a todas luces algo imposible de hacer. Pero con una diferencia: la ferocidad fue menor porque en general, los integrantes de dicha coalición tienen forma de vivir por fuera del Estado. Bueno, casi todos. La cúpula parece estar en la misma posición que el peronismo, salvo honradas excepciones.

Entonces tenemos que ir a la teoría Gollán, que dice que con un poco más de dinero en el bolsillo, la gente haría oídos sordos a fiestas clandestinas, revoleo de bolsos o compras de departamentos en Miami. ¿Es tan así eso, es Argentina el contraejemplo de la pirámide de Maslow?

¿Tendremos que acostumbrarnos a esta repartija de favores prebendarios en cada elección? Tampoco valdría para la Argentina la frase usada en EE.UU. "es la economía, estúpido", como clave para ganar la elección. Acá sería "es lo que podés obtener antes de cada elección, estúpido". Parecería que no encajamos en ninguna línea de pensamiento mundial.

¿Por qué aparece Cambiemos (o Juntos o como se llame) a veces como un kirchnerismo de buenos modales? ¿Por qué surgen dentro de la misma agrupación voces que enfatizan la necesidad de una pata peronista? ¿Por que su último candidato a vicepresidente fue Miguel Ángel Pichetto, fiel espada de CFK en sus mandatos? PORQUE NUNCA SE HAN ATREVIDO A DAR LA BATALLA CULTURAL.

Para el macrismo está bien que cierta parte de sus adherentes estén a favor del aborto, otros en contra. Pasa con la mayoría de los temas, como con los planes sociales, carga impositiva, educación sexual, leyes sociales, etc. Ellos los lleva a que son una alternativa al peronismo siempre y cuando el peronismo no cumpla con lo prometido: el plan, el aumento salarial, el reparto de jubilaciones a mansalva, etc. No logran diferenciarse para el 10% de la población que define cada elección en la Argentina. 

Si no se da la BATALLA CULTURAL por las IDEAS, siempre estaremos al ARBITRIO de la BILLETERA. Punto.

¿Quieren ejemplos cercanos? Chile. Cualquier número económico o social que se analice de Chile desde 1971 para adelante, muestra a dicho país con el mayor progreso en el ítem que se analice, crecimiento económico, PBI, PBI per cápita, pobreza, indigencia, desocupación, etc. en América Latina. 

Bastó un aumento del subte en la capital trasandina para que se disparara, de una manera que se hace difícil de calificar de espontánea, una "pueblada" que casi causa la caída de un gobierno. El mismo, luego de algunas dudas iniciales, tuvo que recular en chancletas y ceder a un plebiscito para reformar la Constitución, lo cual va a poner en riesgo todo lo avanzado durante décadas. ¿Qué fue lo que le faltó a la dirigencia chilena? Dar la Batalla Cultural, creer que estaba todo bien, sin darle un trasfondo de valores y explicaciones acertadas al desarrollo económico chileno. Claro, como iban a explicar a su población, bombardeada por los medios progresistas, que todo eso comenzó con Pinochet, faltaba más.

Acá en Argentina pasó algo similar, hace muchos años. Mauricio Macri se estaba candidateando para ser Jefe de Gobierno de la Ciudad. Lo reporteaba el periodista económico Maxi Montenegro. Macri, hablando de su plan, hablo de un hecho incontrastable: el último que había tenido un plan para la ciudad había sido el Intendente Cacciatore. Acto seguido, el progresista Montenegro levantó la voz y le dijo "pero eso fue durante la dictadura". Y Macri calló.



domingo, 28 de marzo de 2021

Ese no es peronista

El peronismo, en cada nueva irrupción al comando del país, de una provincia o de un municipio, hace gala del olvido. Llegan como si nunca hubieran estado. Prometen lo que ayer fueron incapaces de hacer o cuando en su momento hicieron lo contrario. El mensaje es encantador y suena sensible a los oídos vírgenes. Como el público siempre se renueva por razones biológicas, siempre consiguen nuevos adeptos. Es un eterno retorno del fracaso disfrazado de esperanza.


Podríamos decir que es bizarro que un pseudo partido político que, tomando por ejemplo este largo período de normalidad democrática nacido en 1983, tuvo siempre mayoría en la cámara de Senadores y casi siempre en la de Diputados, gobernó abrumadoramente la mayoría de las provincias entre ellas la más importante y en algunos importantes municipios del conurbano bonaerense del tamaño electoral de una provincia, desde 1983 hasta la fecha encabeza el ejecutivo municipal; vuelva al Poder inmaculado como una virgen y que convenza a todos sus votantes que el mal que el país vive, se generó en ese 10% del tiempo en el cual ellos no gobernaron.


Pero en este corto escrito el punto es otro. El punto es, tomando un término penosamente célebre en la política de hoy, el de los negacionistas. El de los que expresan la remanida frase “ah, pero ese no es peronista”, que a veces muta en “eso no es peronismo”. La emplean tres grupos con diferentes visiones.


  1. Los que se definen como peronistas

    En este primer caso, que amerita dividirlos en algunos subgrupos, la frase es usada por peronistas que, ante el fracaso palpable en el ejercicio del Poder por miembros de su misma corriente política, se escudan en esa frase como escudo protector.
    El primer subgrupo sería aquel de las rencillas internas. El menemista o peronista sindical que califica a los K como “no peronistas” porque el General los echó de la plaza, y el grupo K o peronista ortodoxo que califica al menemismo como “no peronista” por sus políticas superestructurales liberales. Hasta acá y con solo este subgrupo bajo análisis, el caso podría tratarse de una interna partidaria.
    Pero avancemos a otro subgrupo, los peronistas de la época dorada. Para ellos, existió en épocas pretéritas un gobierno perfecto para la clase trabajadora, los industriales, los jóvenes y los jubilados, era la Argentina Potencia. Sin ahondar mucho en dicho análisis, este subgrupo considera que todo lo que vino después, yendo de fracaso en fracaso (dándoles la derecha que hubiera existido una época dorada) no fueron gobiernos peronistas, aunque se tratase de dirigentes históricos, que estaban afiliados, se presentaron por dicho partido a elecciones, cantaban la marcha y reinvindicaban a Perón, Evita y el peronismo histórico. Si tiene cuatro patas, cola y ladra, es un perro diría mi abuela.

    Vayamos al segundo caso de negacionistas que es muy interesante.

  2. Los nacionalistas

    Esta caso, que conozco bien de cerca, considera que existió una época donde el peronismo fue nacional-revolucionario desde sus orígenes hasta la traición, a la cual no pueden precisar en fechas ni en nombres (es decir, si Perón fue el traidor, por ejemplo). De todos los gobiernos peronistas posteriores a esa traición, solo rescatan, a partir de razonamientos absurdos, al de Isabel Perón (1974-1976). Eso sí, todos los que vinieron después, “no son peronistas”; y lamentablemente vuelcan su militancia a un resaltamiento del peronismo histórico aún no declarándose como peronistas, lo cual hace que en sus excursiones electorales no los voten ni propios ni extraños. Si el votante es peronista, va a votar al peronismo, no a un pequeño partido que diciéndose nacionalista, reivindica al peronismo. Si el votante no es peronista, no va a elegir una opción no peronista pero admiradora de un régimen que en el mejor de los casos, detesta. En informática lo llamaríamos un perfecto “deadlock”. Se dio el caso que intentando hace razonar a un joven militante nacional-revolucionario sobre lo falaz de esta postura, le pedí me nombrara 5 dirigentes peronistas que el considerara que fueron nacional-revolucionarios, dado que consideraba que el partido en algún momento lo fue. El listado fue Perón, Evita, Isabel, Rucci y como no encontró ni siquiera él un quinto, nombró en esa posición al Pueblo Argentino. Poético pero ridículo.

    Vayamos al último grupo, al más increíble.

  3. Los no peronistas

    Crecí en una familia donde había antiperonistas acérrimos y no-peronistas. Siendo un niño de primaria, cualquier referencia que se hacía al peronismo histórico (46-55) se hacía en función a una Dictadura, aún cuando en ese momento estuviera gobernando Lanusse. El peronismo era una mala palabra, el mal, por suerte desparecido, con un tirano prófugo. Ese era, cierto o no, el razonamiento de una inmensa mayoría de los no-peronistas. Luego vinieron los 70’s con su carga de irracionalidad, locura e incompetencia gubernamental peronista, que parecían darle la razón a mis abuelos. “Viste, volvieron como lo que son, como lo que siempre fueron, que vuelvan los militares!”, y volvieron nomás.
    Los golpes de 1955 y 1976 en ambos casos y en tema que da para otra nota, salvaron al peronismo. En 1983, a pesar de haber sido derrotado en las urnas, el peronismo estaba blanqueado, con numerosos gobernadores, intendentes y legisladores, presentes en el campo cultural y ni hablar en el campo sindical.
    A partir de 1983 el peronismo, incluso para los no-peronistas o antiperonistas, era un partido más y con los años de democracia, las nuevas generaciones empezaron a olvidar las leyendas negras del peronismo en sus dos períodos previos al frente del ejecutivo nacional, en algunos casos por desconocmiento, en otros por una precisa y no respondida propaganda. Esto llevó a que el no peronista, pudiera en determinadas circunstancias y con determinados candidatos, votar al peronismo. También, que algunos individuos sin pasado ni presente peronista, lo fueran. Massa o De Narváez candidatos, liberales votando a Menem, radicales apoyando a Duhalde o marxistas votando y sosteniendo a los Kirchner. Y para peor, los no peronistas empezaron a compartir y a promover mitos y leyendas peronistas.

    Todo esto llevó a la última de las paradojas. Aquellos no peronistas que por ejemplo para criticar a Menem y/o a Cristina Kirchner, utilicen el consabido latigillo de “no son peronistas”, haciendo referencia a un partido político al cual no adscriben, pero que habría tenido una época dorada, o al menos no tan terrible como las más recientes. Sin saberlo, adscriben a los mitos, leyendas, medias verdades y mentiras peronistas.


No está mal un ejemplo presente de lo que intentamos explicar en esta pequeña nota que da para un debate mucho más largo. Pero parrafraseando a mi abuela, estimados, si tiene 4 patas, cola y ladra, es un peronista, digo un perro.





sábado, 31 de octubre de 2020

Guernica, Grabois, el infantilismo revolucionario y una pequeña ayuda de Trump

La insoportable pandemia del coronavirus tapa con un humo bastante homogéneo una gestión de gobierno que probablemente se encuentre entre las peores de la historia argentina, si no es la peor.

Un 48% de los argentinos son corresponsables de haber llevado al poder a una coalición de fuerzas dispares, heterogéneas, antagónicas, corruptas, de constantes fracasos en cada gestión en la cual intervinieron; y ahora miran para otro lado y no quieren hacerse cargo de sus decisiones.


Una coalición que en cada puesto importante puso un militante, de acuerdo a una prolija distribución de sillones entre los sectores componentes de la misma. Un militante que en el 90% de los casos (siendo generoso) no tiene la más remota idea de como gestionar el ministerio, secretaría, instituto, empresa en la cual fue colocado. Malena Massa en AySA, Cabandié en Medio Ambiente, Ginés en Salud de la Nación, Larroque en “Desarrollo de la Comunidad" en la provincia de Buenos Aires, Kicillof en la gobernación de Buenos Aires, Krepalk y Gollán en Salud de la provincia, Donda, Lewin, Cafiero, Guzmán, Sabbatella, Lammens y sigue una interminable lista. Que puede salir mal.


Una situación mundial complicada y una situación local que se desmadró luego del triunfo de Alberto Fernández en las PASO, hubieran necesitado un gobierno enfocado, analítico y pragmático. Muchos creyeron ver en Alberto esa persona, pobres ilusos e inocentes integrantes de ese 10% que decide cada elección en la Argentina por una tira de asado y un fernet 70/30.


En lugar de eso, tenemos una coalición gobernante que intenta imponer una agenda progre, ideologizada y sin objetivos claros ni asertivos para resolver la crisis argentina.


Una coalición que en cada tensión existente en el país, tiene integrantes a cada lado del mostrador, como por ejemplo en temas tan importantes como la propiedad privada, la seguridad y la economía.


Dejando de lado las barbaridades que han dicho el presidente y su Ministro (ahora sí tenemos ministerior….) de Salud con respecto a la pandemia, podríamos focalizarnos en el resto de las barbaridades.


El caso Vicentín y la soberanía alimentaria, dieron pie a que una serie de impresentables pseudo intelectuales elaboren rebuscadas teorías acerca del tema, que se agotaron de a poco, se desvanecieron, a medida que la Justicia se ponía los pantalones y fallaba como debería hacerlo en un país serio, con el respaldo de gran parte del país productivo. El intento de empresa de referencia en el mercado, murió a poco de iniciar su camino intelectual.


Luego de esto apareció la renovada violencia de los pseudo mapuches en el sur, cobijados por un ente ESTATAL, el INAI (Instituto Nacional de Asuntos Indígenas). Entre nosotros, no se porque no le pusieron de Pueblos Originarios….Otro juez ordenó desalojar una violenta toma, donde la falta de autoridad provincial y nacional pusieron en peligro a muchos ciudadanos vecinos de esa toma realizada por un grupo secesionista, que no reconoce autoridades nacionales ni provinciales y tiene el apoyo de gran parte del consenso progre argento, herederos de Santiago Maldonado.


Guernica venía desde hace meses y terminó como iba a terminar, dado que ya todos sabemos que en estos casos alargar cualquier decisión que se vaya a tomar, hará que el final sea desordenado, violento e injusto para todos los involucrados y observadores. Nuevamente los integrantes del consenso progre aliado circunstancial del gobierno, fueron los principales combativos contendientes de la policía y además principales aliados inesperados de los que lucran con estas tomas. 


Y para finalizar, Grabois y el Proyecto Artigas. Un proyecto que así como se dio a conocer un 15 de octubre, murió sin gloria y dando bastante pena un 30 del mismo mes. Una combinación de infantilismo revolucionario, delitos contra la propiedad y mentiras verdaderas apoyada nuevamente por el consenso progre y por funcionarios estatales y provinciales, sin que el Estado se atreva a dar un veredicto de acuerdo a lo que indican la Constitución, las Leyes y el sentido común. Nuevamente una jueza no dejó lugar a dudas (luego de un dubitativo juez subrogante anterior) y decretó una nueva derrota de la coalición gobernante. Pero para agregar otro granito de arena a la confusión general, el presidente declaró que la idea de delegado papal Grabois, no es descabellada...


¿Cuál será la próxima? ¿Cuando la Corte Suprema ya dictamine sobre el pedido de traslado de los jueces promovido por la coalición en busca de la impunidad de su Reina?


¿Cuál será el próximo descalabro al cual nos veremos expuestos los argentinos?   


¿A qué otras plagas nos expondrán aquellos que gobiernan hace décadas con resultados conocidos por todos? ¿Cuál será el resultado del populismo sin plata? ¿Será por eso que se necesitan estas intentonas ideológicas absolutamente inútiles, para tapar la falta de fondos que el peronismo siempre ha distribuido con impericia y nunca ha podido generar de manera sustentable por sus medidas?


¿Cuál será el próximo intento revolucionario de estos émulos del Che Guevara?


Sin dudas, el mundo y por ende la Argentina, necesitan el triunfo de Trump la semana que viene.


¿Se imaginan a Kamala Harris (no a Biden porque no existe) y a todo el consenso progre del ex-partido demócrata gobernando la primera potencia mundial? Los Dioses nos amparen.

sábado, 26 de septiembre de 2020

El año que vivimos en peligro. COVID y peronismo



En breve tiempo, decenas de libros acerca de esta crisis pandémica mundial inédita se editarán. Análisis macro, regional, nacional, pequeñas historias y miserias humanas, libros anecdóticos o de historias de vida. De héroes, villanos y ciudadanos comunes. Menuda tarea le queda a quien analice el comportamiento del estado nacional argentino y de su principal distrito, la provincia de Buenos Aires.

Quizás hoy aún es temprano para ese análisis, pero lo ocurrido ayer, cuando la provincia anuncia sin ponerse colorada que debido a un cambio en la política de contabilización de fallecimientos por la enfermedad y un cruce de sistemas informáticos, suma más de 3.500 muertos a un total que a nivel provincia no llegaba a los 10.000. Un número tremendo, conmocionante y que nos llama a la reflexión. En manos de quienes estamos….

Podemos ensayar un somero análisis de la pandemia en la Argentina, sin ser detallistas. Desde el verano, cuando el Ministro de Salud de la Nación Ginés González García, luego de asumir al ritmo de canciones de barras bravas y al grito de “Salud es Ministerio”, desestimó la gravedad del COVID, considerando que la gripe común era más grave y que veía difícil que llegara desde China. Primera gran curva que se comió don Ginés.

Luego tuvimos a partir del 20 de marzo la primera cuarentena por 14 días, que dura con modificaciones y mutaciones hasta hoy, 26 de septiembre.

Recordemos las primeras conferencias de prensa del presidente Fernández, el gobernador soviético Kicillof y un incómodo Rodriguez Larreta. El presidente y el gobernador, con innumerables filminas, le demostraban al mundo como se debía combatir esta pandemia. Era la época del modelo argentino y de los cruces diplomáticos con Suecia y Chile, países que hacían las cosas mal….

El tiempo siguió implacablemente y los números de contagiados y muertos aumentaban de la misma manera. Ahora las conferencias de prensa ya eran más cortas y no permitían preguntas. Larreta dejó de ser el amigo y desde las estáticas filminas ya le arrojaban envenenados dardos. 

Los peronistas, marxistas y otras yerbas, militaban la cuarentena con el fanatismo del converso. Los periodistas de canales oficialistas recorrían las calles en busca de infractores a los DNU presidenciales (siendo que fue en los medios de comunicación donde se dieron gran cantidad de contagios y no entre los odiados runners). Todo aquel que protestaba era un anticuarentena, antivacunas y simpatizante de la tierra plana. Todo indicio de rebrote en algún rincón recóndito del planeta les servía para afianzar su idea de confinamiento eterno. Casi que los festejaban. 

Entre todo esto, tuvimos el papelón de la expropiación de Vicentín, una Justicia paralizada, uan vicepresidente solo preocupada por garantizar su impunidad, la negociación por la deuda, la rebelión policial, el robo a los recursos de la ciudad de Buenos Aires, las ocupaciones de terrenos, un tetazo televisado y un dólar imparable. Una economía paralizada, una desocupación que no la detienen ni los decretos gubernamentales, miles de comerciantes fundidos y decenas de miles de empleados públicos y de sindicalistas bien resguardados en sus casas, en un silencio cómplice.

Los números de la pandemia mejoran en la ciudad de Buenos Aires y empeoran en el resto del país. Ya no es tiempo de conferencias de prensa. Un videito de 2 minutos impersonal le informa a los argentinos que la cuarentena se alarga por 3 semanas más. Como explicarles sino que los runners y los bares en CABA no aumentaron los casos, y sí lo hicieron las reuniones privadas en lugares donde los encuentros al aire libre estás cuasi prohibidos. Y que la cuarentena anticipada para prepararnos para lo peor, no fue suficiente….

Esto aún no terminó, llevamos 200 días de cuarentena ad-hoc. Dejamos de dar ejemplos al mundo. Sería bueno que resolviéramos nuestros problemas y no demos largas explicaciones de las causas preexistentes de nuestros fracasos cotidianos. Porque éxitos, pocos.

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