domingo, 29 de julio de 2018

Carlotto, Cohen Sabban y las dispensas papales del siglo XXI

Los hechos se suceden cerca nuestro, entre nosotros y casi que nos parecen normales, no nos damos cuenta. Cuando lo anormal no nos preocupe, es tiempo de preocuparnos. 

Dijimos alguna vez que en una monarquía (o dictadura o llamenlo como quieras) las opositores políticos o culturales tienen las cosas más claras que en una democracia moderna, es decir, saben cabalmente cual es su radio de acción. Por ejemplo en la Cuba moderna, lo opositores que no viven encarcelados, (como las Damas de Blanco o bloggeros como Yoani Sánchez) saben perfectamente cual es la raya que no pueden cruzar y lo que les espera detrás de la misma. Hay cierta previsibilidad. Se podría decir casi lo mismo de Venezuela, donde incluso se celebran elecciones en donde la oposición participa, en el marco de una dictadura popular clásica. En tanto en la democracia moderna, donde todo está permitido salvo lo que está tácitamente prohibido, esto no está tan claro por lo cual, ya que la democracia permite casi todo incluso la libertad de expresión, cuando a los detentadores del Poder Real les molesta la opinión (y a veces solo la pregunta) de algún ciudadano, la manera de accionar contra ellos no es la Ley, ya que no se puede, sino la etiqueta de Herejía y la condena hecha pública. La raya que tan claramente aparece en la dictadura, se hace aquí difusa y discrecional.

Podemos hablar en este punto de las indulgencias o dispensas que existen como teoría y práctica en la Iglesia Católica. Este concepto que nos viene del cristianismo más antiguo, se podría explicar  como la potestad de una autoridad de la Iglesia de eximir o minimizar la pena impuesta a un feligrés que ha cometido un pecado, o cambiar la pena impuesta por alguna contraprestación sea esta por alguna acción o lisa y llanamente dinero.

Este tema, que generó tantas discusiones en la Iglesias Católica y fue parte de los puntos que separaron a Lutero y la Reforma del la Iglesia Católica, lo vemos en el siglo XXI de otra manera.

Fundamentalmente en la Argentina hoy con la discusión sobre el aborto, vemos nuevamente ataques a la Iglesia fundamentados de una manera incorrecta, como si la misma tuviera el mismo poder que tuvo en el año 1400, por ejemplo. No hay que ser un Arnold Toynbee para entender que el poder de la Iglesias viene menguando hace siglos, y que se les sigue otorgando un papel (obviamente dañino) que hace siglos no tienen. Es probable, y lo dejo como hipótesis, que detrás de esto estén quienes realmente detentan el Poder Real y desean con esta acusación resguardarse de la misma.

Hoy, en este mundo moderno y cibernético, materialista y ecléctico, seguimos construyendo mitos cuasi religiosos, lugares donde la opinión en contrario no es permitida, mitos que tienen sus protectores y sus monjes, con pecados no tan claramente definidos pero sí existentes, y con un mecanismo discrecional de indulgencias y dispensas que harían palidecer a algún religioso católico del presente. Y con la complicidad de gran parte de la opinión pública.

Caso 1: Cohen Sabban y Esmeralda Mitre

Esmeralda, definida como actriz, modelo y cantante poco conocida, es más reconocida por descender de Bartolomé Mitre y por haberse casado con Darío Lopérfido que por sus atributos artísticos.

En su inocencia, Esmeralda cometió una herejía. Puso en duda la cantidad de desaparecidos en los años 70 en la Argentina y para reforzar su teoría, hizo referencia a la cantidad de judíos muertos en el llamado holocausto diciendo que "no fueron tantos".  Herejía total que con anterioridad también había sido hecha por su marido y le provocó consabidos problemas. 

El monje en esta ocasión fue el presidente de la DAIA, Ariel Cohen Sabban. Ariel es conocido por su ortodoxia religiosa. Esa ortodoxia donde el papel de la mujer es más que secundario pero que, aparentemente, no hay hoy pañuelo verde o femibolche que esté preocupada. No hay que viajar a Israel para ver a las mujeres judías ortodoxas usar pelucas para no dejar ver sus cabellos, o bañarse en el mar vestidas, o caminar siempre detrás del hombre, o tener diferentes lugares en la Sinagoga. Otras intimidades no nos constan pero sabemos que pasan.

Ariel, rosarino hincha de Newell's de muy buen pasar económico, salió con los tapones de punta como recio marcador central. Casi de manera judicial, la llamaron a Esmeralda a "declarar" a la DAIA donde, por declaraciones de sus propios miembros y de Esmeralda, fue bastante maltratada.

Luego Ariel tomó protagonismo y paseó por los medios, con frases varias y contradictorias, tales como:

"No podemos perdonar por aquellos que fueron masacrados en el Holocausto"

"No soy de los que miden las tragedias por el número de las víctimas. Un solo muerto puede constituir una tragedia"

"Nosotros no tenemos potestad de perdonarla a Esmeralda Mitre. Lo que sí podemos asegurar es que cada vez que se banalice la vamos a salir a replicar"

"Desde la DAIA vamos a levantar nuestra voz contra cualquiera que busque minimizar lo que significo el Holocausto y combatiremos cualquier intento de negacionismo. Del mismo modo, convocaremos a Esmeralda Mitre para que mantenga una reunión con las autoridades de la DAIA."

"Con respecto a las declaraciones de ayer de Esmeralda Mitre a , es nuestro deber volver a reiterar que no puede ni debe existir duda alguna sobre el número de judíos asesinados durante el nazismo."

Lo que pasó luego es bien conocido pero ha sido MAL analizado. Don Ariel visitó a Esmeralda en su domicilio particular donde, según esta última, se habría querido propasar sexualmente. El hecho tomó estado público y la DAIA le pidió la renuncia a su presidente. Pero el hecho importante no fue la actitud donjuanesca de Ariel sino el hecho real por la cual la DAIA lo removió del cargo: Ariel Cohen Sabban le hizo una propuesta a Esmeralda Mitre de perdonar sus "pecados", mediante una visita de purificación personal a sitios en Alemania acompañada por jóvenes judeo-argentinos, que le costaría a Esmeralda la módica de U$S 80.000 (ojo, en cuotas). Lo que la DAIA quiso tapar (y lo hizo con efectividad y la complicidad de los medios) fue la comprobación de la venta de indulgencias a pecadores anti holocausto. 

Es por eso que tomó preponderancia el hecho de su supuesto acoso sexual, hecho que quedó luego rápidamente archivado en los medios que nos bombardean diariamente con supuestos acosos de actores ocurridos hace 10 años. Lo de Arielito, olvidado.


Caso 2: Enriqueta Estela Barnes de Carlotto y Alberto Rodriguez Saa

Sorprendió en los medios una declaración de Estela de Carlotto, presidente de las Abuelas de Plaza de Mayo. El gobernador de la provincia de San Luis, el enigmático Alberto Rodriguez Saa, habría enviado una carta en 1978 junto a otros vecinos puntanos al por entonces integrante de la junta militar Almirante Massera, en la que se acusaba al ex diputado de la Unión Cívica Radical, Arturo Negri, y a otros funcionarios del gobierno democrático depuesto en 1976, de tener relaciones con “movimientos subversivos” y se pedía “un castigo ejemplar”.

Doña Estela, cuya hija Laura militante subversiva pasó a la clandestinidad durante un gobierno democrático para luego nunca más aparecer, expresó del gobernador (sin siquiera sonrojarse): 

“De esa carta ya sé, es un pasado. La oportunidad del cambio hay que dársela a todos”. 

“No creo que ustedes piensen del actual gobierno de esta provincia, creo que viven bien, que tienen un ejemplo de provincia donde las necesidades básicas están bien satisfechas. Si uno guardara esos malos recuerdos, pocos quedaríamos de pie. Muchos han cometido errores y después han vuelto al redil y se los ha recibido como un hijo pródigo”, agregó Carlotto a los periodistas.

Actos seguido fue nombrada Visitante Ilustre por el Concejo Deliberante local, por su labor en pos de los Derechos Humanos. La monje negra Estela Carlotto volvió a Buenos Aires luego de vender una indulgencia. Notable como el pasquín digital Página/12 hace referencia a esto sin ningún comentario adicional...
(https://www.pagina12.com.ar/130872-carlotto-y-rodriguez-saa)

Resumimos estos dos casos, que son decenas. Pero todo esto sucede ante nuestra pasividad. ¿Quienes son la DAIA, Carlotto, Bonafini,etc; para adueñarse de hechos históricos, impedir su debate (notable esto en democracia) y por lado condenar y por otro lado perdonar a diestra y a siniestra según su necesidad y conveniencia política? ¿Dónde está ese Estado supuestamente presente?


domingo, 22 de julio de 2018

El fracaso del post-colonialismo




Los comentarios se repiten, algunos en la pluma de los mismos personajes. La conquista del mundial de fútbol 2018 en Rusia por parte de Francia, es un triunfo de la Francia multicolor, multicultural. Lo mismo en 1998, 20 años atrás, cuando Francia conquistó el Mundial en su casa.
En 1998, se resaltaba que Bernard Lama era de origen guyanés, Vincent Candela de origen español, Bixente Lizarazu de origen vasco, Patrick Vieira nacido en Senegal, Youri Djorkaeff de origen armenio, Marcel Desailly nacido en Ghana, Zinedine Zidane de origen argelino, Robert Pirès de origen portugués y español, Thierry Henry de origen antillano, Bernard Diomède de Guadalupe, Alain Boghossian también de origen armenio, Lilian Thuram de Guadalupe, Christian Karambeu nacido en Nueva Caledonia y David Trezeguet de origen argentino.

En el Mundial 2002 en Corea del Sur-Japón, repitieron su participación en la selección Candela, Lizarazu, Vieira, Djorkaeff, Desailly, Zidane, Henry, Boghossian, Thuram y Trezeguet. Pero además, para acentuar la diversidad, integraron el plantel Makelele (nacido en Zaire), Wiltord (de padres nacidos en Martinica), Cisse (su padres nacieron en Costa de Marfil), Silvestre (ancestros de Guadalupe). Es decir, la selección francesa en 2002 representaba de manera más fiel un verdadero conglomerado multicultural. Y el fracaso fue rotundo. El campeón del mundo de 1998 apenas logró rescatar un punto en tres partidos jugados y se volvió a su país sin pena, sin gloria, y sin ninguna referencia a la diversidad étnico-cultural, a diferencia de lo que sí se hizo en 1998. La falta de honestidad intelectual de algunos escribas se hizo evidente (nuevamente) en esta ocasión.

Sólo como ejemplo podemos observar lo mismo de siempre en esta nota de un diario argentino. https://losandes.com.ar/article/francia-la-revancha-de-la-multiculturalidad.
Realmente desconocemos que escribió este mismo periodista días después cuando Alemania la eliminó de esa competencia en 2014.

Pero volvamos a un tema importante. Hay mucho desconocimiento cuando se escriben este tipo de notas. Y un poquito de mala intención.

Francia, a pesar de parecer una nación monolítica desde hace siglos, en muchos casos solo lo era por la presencia del Rey. Había diferencias de orígenes, historia, incluso de idioma, entre los habitantes de diferentes regiones. Tenemos por ejemplo a los bretones (descendientes de los que huyeron de la actual Inglaterra ante las invasiones de los anglos, sajones y jutos), los normandos (vikingos que se afincaron en la costa francesa), los habitantes de Alsacia y Lorena (los alemanes del Rey, como solía decir el gran Jacques de Mahieu), los vascos al sur, los italianos en Córcega, etc.

Estas diferencias, se daban dentro del marco de Europa que, como Uds. saben, presenta a veces diferencias notables entre ciudades que se encuentran a un decena de kilómetros una de otra. Pero no hay entre todas estas regiones de Francia, diferencia étnico-culturales profundas, pertenecen todas a la gran civilización occidental por lo cual, es de una ignorancia supina decir que Lizarazu, que era de origen cultural vasco, no era francés. La pregunta para estos pseudo-intelectuales sería que definieran “qué es ser francés”. Y ahí les aseguro que se verán en figurillas para definir tal cosa.

Otro tema importante es acerca de jugador Zidane, quien es hijo de argelinos. Lo consideran árabe. Nada más alejado de la realidad, Zidane es de Cabilia, una de las zonas del norte de África aún poblada por pueblos bereberes que NO son árabes y que probablemente desciendan de los númidas que conocemos por los romanos y cartagineses. Pero para los grandes pensadores progresistas, si nació allende el Mediterráneo seguro es árabe. La facciones de Zidane pueden confirmar su no pertenencia a tal grupo étnico.

Volvamos a 2018. Francia obtuvo en Mundial de Fútbol disputado en Rusia con un equipo titular conformado en su mayoría por jugadores de ascendencia africana.


Los medios desempolvaron viejas notas para volver a publicar lo mismo de siempre. La Francia multicultural que le grita su triunfo en la cara a los franceses racistas. Lo pueden buscar Uds. mismos.





Ahora bien, la merecida conquista francesa trajo como consecuencia festejos. Muchos. Y mucho desorden. En imágenes que parecen latinoamericanas, hordas multiculturales la emprenden contra la propiedad privada, la policía y los que solo festejaban. Saqueos, agresiones, robos, violencia fueron comunes. Las principales ciudades francesas los sufrieron en manos de improvisadas bandas conformadas de la misma manera multicultural que el equipo de fútbol campeón.


Pero en este caso, las brillantes plumas del periodismo no osan relacionar una cosa con la otra. Hubo incidentes “moderados”. Vean las imágenes por Uds. mismos. En este caso, para los periodistas, los causantes de los desórdenes no son nacidos en Senegal, Martinica, Guadalupe, Argelia, Marruecos o en el país vasco sino que son “grupos de individuos”. Punto.



Dejemos el fútbol y metamos los pies en el barro para tratar de darle un contexto y entender esto. La época colonial se caracterizó por la conquista y/o dominación de enormes territorios extra europeos por potencias del viejo continente. Los tipos de sociedades emergentes fueron muy diferentes.

En América, principalmente los imperios coloniales español y portugués, y las colonias inglesas en América del Norte, dieron forma a sociedad similares a las europeas con muy poca participación de los habitantes pre-existentes (llamados hoy pueblos originarios).

En África, los franceses, ingleses, belgas, portugueses y tardíamente italianos y alemanes, y en menor medida españoles, generaron sociedades dominadas por ellos con un sustrato poblacional local muy superior en número conformando las capas inferiores de la misma.


Colonialismo fue en el siglo XX sinónimo de barbarie y explotación. Es probable que en algún modo lo fuera en determinados lugares. Pero por la naturaleza intrínseca de la “explotación” de los recursos naturales de las colonias, era necesario una fuerte presencia de población de los países europeos y, en muchos casos, de colonos. Y dada la tecnología asociada al transporte de la época, lo más probable era que esos colonos terminaran afincados en las colonias (si quieren ejemplos cercanos, noten la cantidad de ingleses que terminaron viviendo en la Argentina, a la cual habían llegado durante la construcción de los ferrocarriles).

Y si los colonos europeos se afincaron casi definitivamente en la colonia, iban a tratar de vivir de manera similar a la metrópoli. Y así lo hicieron. Así fueron naciendo, por ejemplo, los países africanos donde antes, sólo cabría encontrar tribus desperdigadas, sin noción de estados, fronteras, leyes.

Podríamos decir que este modelo funcionó bastante bien para todos hasta luego de la segunda guerra mundial. Con una Europa muy debilitada, que había perdido la guerra, los tambores de guerra llamando a la descolonización se hicieron presentes a lo largo de toda África (atizados por las dos potencias extra europeas que no poseían colonias en África, EE.UU. y la URSS, y su fiel instrumento, la ONU).

Una a una, los países nacidos de las colonizaciones europeas (no preexistentes a la misma, salvo Egipto) se fueron independizando, muchas veces en medio de guerras de una ferocidad inusual. Las frontera de estos países que emergieron independientes (en su mayoría en el decenio 1955-1965) respetaron fielmente aquellas fronteras de los imperios coloniales.

Para el mundo civilizado, esto era un triunfo del modernismo. África, sin la presencia europea, podía ya gobernarse libremente. Pero el cóctel fue explosivo. Por un lado el marxismo, presente en muchas de las guerras de liberación y luego en las guerras civiles que se declararon luego de la independencia de estas naciones. Por otro lado las empresas con explotaciones en África. El cambio del modelo inicial (con colonos afincandose para trabajar para esas empresas) por el modelo del comercio internacional sin necesidad de estar físicamente en el lugar de producción/explotación, trajo consigo una falta de preocupación acerca de cómo esos países vivían y se administraban, ya que no había población colonial presente, que velara por eso ni por por cuales preocuparse.

Todo esto configuró un caos en los países africanos. Mal que les pese a muchos, sólo Sudáfrica lograba estabilidad en la llamada “África negra”, donde los descendientes de los colonizadores aún mantenían el poder.

Así llegamos a épocas más recientes. Los habitantes de los países africanos (tanto del África negra como del Magreb) intentan emigrar en masa, como sea, a Europa. De aquella idea de gobernarse por sí mismos y expulsar a los europeos (casos graves como Congo, Rodesia, etc, con mucha violencia) pasaron a estar gobernados por los Idi Amin Dada, Robert Mugabe y su presidencia vitalicia, Patrice Lumumba, Jean-Bedel Bokassa y su exótico Imperio Centroafricano, entre tantos otros, a la idea de tratar de emigrar a …. Europa, la tierra de sus antiguos explotadores. ¿Qué pasó en el medio? ¿Son la mayoría de los países africanos incapaces de gobernarse a sí mismos? En muchos caso puede que sí. Lo que sí es seguro, que esta invasión a Europa, a veces desesperada por los medios que utilizan, de personas de todos los países de África (y ahora del mundo musulmán en Asia) no es una consecuencia del colonialismo sino del post-colonialismo, del mundo que configuraron luego de la segunda guerra mundial. No existen constancias de tales migraciones en la etapa colonial. Por falta de incentivos o por la no permeabilidad de la sociedad europea de la época.

Este multiculturalismo, promovido por la capa de dominación cultural actual, ha demostrado ser un fracaso en todos los campos. Salvo quizás, para el fútbol francés.

sábado, 24 de marzo de 2018

Encuentro en la Quebrada de Humahuaca


La Quebrada de Humahuaca es uno de esos sitios mágicos de la Argentina. Me costaría explicar el porqué de la magia con contundencia pero sí lo puedo hacer a partir de mis recuerdos.
Ya al llegar a Tumbaya y a Volcán, lugares poco visitados por el turismo pero que son la puerta de entrada a la Quebrada, nuestra vida baja dos cambios. No se si también nuestras pulsaciones y ansiedades. El aire cambia y uno entiende y percibe que respira diferentemente. Mejor. Esto a pesar que en determinados momentos, avanzando por la Quebrada y ganando altura, y dependiendo de cada organismo, la respiración se hace más profunda las primeras horas, tratando de compensar un incipiente efecto de la altura, por lo menos en mi caso


Cada uno ve a la Quebrada como quiere. Turistas que se desesperan antes las artesanías industriales peruanas soslayando la belleza que las mismas intentan retratar. Otros disfrutan de la comida típica y buscan con desesperación comer carne de llama, algunos por su sabor (fuerte), otros por presunción. Están los aborígenes tardíos, rubios como vikingos que enarbolan la bandera multicolor boliviana (los lugareños los llaman "los hippies" y detestan), aquellos que recorren los pueblos con curiosidad, otros que visitan con minuciosidad todo aquello que indica TripAdvisor, en fin, multiplicidad de motivaciones para visitarla. Una y mil veces.

Soy mucho más amigo del turismo urbano que de la contemplación de la naturaleza, es decir, me gusta más visitar lo que el hombre hizo y los lugares históricos. Particularmente en la Quebrada siempre me interesaron dos cosas. La mixtura entre lo prehispánico y lo hispánico, e imaginarme como aquellos valientes, locos, indómitos españoles, bajando desde el Alto Perú, atravesaron la Quebrada para poner un pie en lo que hoy llamamos la Argentina. Sentado en el Pucará de Tilcara, sintiendo la suave y permanente brisa, entre la voluptuosidad de las montañas, sus colores y la naturaleza pródiga en belleza pero no en alimentos, no puedo una y otra vez dejar de pensar en esos españoles con pesadas armaduras, sus mulas y caballos, sus rústicos arcabuces. Entonces vuelvo una y otra vez a la Iglesia de Uquía a ver las pinturas de los Ángeles Arcabuceros que la decoran y la vuelven más atractiva. Y entonces a través de las pinturas veo como los aborígenes veían a los españoles. Estos les pidieron “pintar ángeles”. “Nunca hemos visto ninguno, señor; ¿cómo son?", “Pues como nosotros pero con alas”. El impactante resultado me sigue maravillando una y otra vez. 


Esa vez estaba decidido a quedarme muchos días en la Quebrada. Mis múltiples visitas anteriores siempre habían sido cortas, de un día entero pero sin pernoctar. Quería dormir una semana allí, ver que había más allá de Humahuaca, visitar las Salinas Grandes y llegar a los 4.170 metros en la cuesta del Lipán, esto no sin un poco a aprehensión.

Nos alojamos en una modesta Hostería en un punto medio de la Quebrada, a metros del Trópico de Capricornio. Llegamos el 2 de enero y éramos sus únicos huéspedes, lo cual nos permitió disfrutar con exclusividad de la excepcional atención de la única persona que trabajaba en la misma (además del eventual personal de limpieza).

Volviendo un día de la diaria excursión, nos encontramos con otra pareja en la Hostería, lo cual nos provocó alegría. No estábamos solos. Compartimos la cena con ellos en mesas separadas pero al breve tiempo comenzamos a conversar cordialmente de mesa a mesa. Él estaría cerca de los 60 años, ella tendría quizá una década menos. Muy amables, correctos, cariñosos con los niños, especialmente ella. No tardé en conformar su cuadro familiar. Ella era su segunda esposa, psicóloga, de religión judía, y con un hijo (creo que de él) con ocasionales ingestas de marihuana que ellos no festejaban pero tampoco les preocupaba demasiado, y la primera aseveración hacia nosotros; “a Uds. también les va a pasar” provocó ya el primer intercambio verbal, siempre correcto. Y entonces, pasar de ahí al tema político, 2 minutos. Una conversación que ni recuerdo que hizo que uno y otro fijáramos nuestra posición con respecto a Julio Argentino Roca hizo que él, educado y ubicado, me dijera “ya nos medimos”.

La siguiente cena, nuevamente las dos familias en soledad con el telón de estrellas cubriéndonos y maravillándonos,  y la suave brisa veraniega que se colaba por algunas imperfectas aberturas, derivó directamente en la política. El montonero y el nacionalista discutimos con una tranquilidad, empatía y respeto pocas veces vistas. Incluso los dos intentos de secuestro que tuve de pequeño circa 1975, fueron evaluados por él y me terminó afirmando que no era la metodología de ellos, que por lo menos Montoneros no eran, sin poder afirmar lo mismo de sus aliados eventuales del ERP.

La charla derivó en los planes para el día siguiente, donde ellos se dirigirían a Bolivia, ídem nosotros. Nuestro problema era que debíamos tomar un micro en plena ruta y ellos tenían un transporte que los pasaba a buscar por el lugar. Ella hizo todo lo posible para ubicarnos en el mismo pero fue infructuoso. Nosotros nos dirigíamos a Bolivia para ver que había más allá de Humahuaca (Tres Cruces, Abra Pampa, La Quiaca) y para cruzar a Villazón en tren de compras. Lo de ellos era más ambicioso. Iban hacia Potosí, a visitar a un amigo boliviano, escritor, estudioso, cuyo nombre no retuve, para ver juntos la “increíble transformación que está teniendo lugar en Bolivia, la tierra de las plurinacionalidades….”.


Les manifesté mi acuerdo con ese concepto, que estaba totalmente de acuerdo con esas medidas de Evo Morales, del reconocimiento de cada etnia y/o comunidad. Él esbozó una sonrisa mientras ella abría los ojos incrédula para preguntarme por qué pensaba yo así. “Es claro”, le dije. “Esto implicaría que si yo fuera boliviano, sería parte de la comunidad ítalo-boliviana que me imagino tendría sus derechos, ámbitos de expresión, etc. En caso que el reconocimiento de Evo sea solo para las etnias pre-hispánicas, estaríamos frente a un estado racista que privilegia a unas etnias en detrimento de otros. Pero lo importante más allá de esto es que reconoce las etnias, que somos distintos.” La sonrisa de él ya no era tan leve pero la cara de incredulidad de ella aumentó, sus ojos parecían salirse de sus órbitas, dejó de mirarme y miró a su pareja quien seguía sonriendo, para luego mirarme sin emitir palabra. En una sociedad donde la mayoría de la personas no está acostumbrada a escuchar opiniones “out-of-the-box”, ella se había topado con uno. Y él, que sabía quién había sido Jacques de Mahieu y yo le había contado acerca de mi relación con él, terminó de entender todo. Hasta después, me habló de Tacuara, sin confirmar ni negar sus orígenes en dicha agrupación.

Nos despedimos afectuosamente. Al día siguiente, pudimos tomar nuestro latinoamericano ómnibus que nos dejó 3 horas después en La Quiaca luego de un viaje lleno de naturaleza indómita y hermosa, y de pueblos salidos de un cuento, como Abra Pampa. Llegamos a pie hasta la frontera donde la fila para cruzar era interminable. Uno de los tantos mochileros argentinos nos explicó que si solamente íbamos a cruzar a Villazón no hiciéramos la fila, que llegáramos hasta los puestos de control sobre el puente sobre el río de la Quiaca y pasáramos los controles de ambos países sin siquiera mirarlos. Nadie nos iba a detener. Ellos sí debían hacer los trámites porque iban todos para el norte; Potosí en Bolivia y Machu Picchu en Perú. Así lo hicimos y pasamos al lado de la interminable fila de jóvenes mochileros argentinos. Entre ellos, divisamos a esta pareja del relato. Nos volvimos a saludar y nunca más nos vimos. Me quedé con su email al cual nunca escribí. Todo había sido dicho y entendido.






domingo, 14 de enero de 2018

Fake news - Pueblo y masa - Sangre y suelo

En esta época de la posverdad o de las fake news (o como me gusta decir, de las verdades relativas, temporales y dudosas, todo se desmiente dos días después) es cómico, para algunos de nosotros, el uso indiscriminado, malintencionado y muchas veces equivocado, de términos tales como pueblo, Nación, popular, razón, justicia, etc.

Un libro de historia militar poco conocido titulado "Jackboot: A History of the German Soldier 1713-1945" del autor australiano John Laffin, condensa en una sola frase una definición tan certera y real que nos complace compartirlas con ustedes, en su inglés original con nuestra imperfecta traducción al castellano a continuación. La frase, corta pero contundente, encierra valiosas definiciones y obviamente sería considerada políticamente incorrecta por los comisarios políticos de la Policía del Pensamiento Único (PPU) que pululan por en mundo occidental por estas épocas.

Para ponerlos en contexto, Laffin expresa este definición cuando explica las grandes reformas en el ejército prusiano acontecidas a principios del siglo XIX luego de las rotundas y humillantes derrotas a manos de la Francia Napoleónica, y que llevarían a un renacimiento del mismo y a la creación de un nacionalismo pangermánico.

"It is still to little known how intimately German philosophy was connected with the revolt of the German peoples against Napoleon. It was not a revolt of mass against mass, but of a nation against mass. The revolt of the Germans people against Napoleon was the effect of its National spirit. A people is something different from a mass, because the conformity of the individuals in the nation is not the consequence of chance and general spiritual reactions but of racial and geographical features common to them."

"Todavía es muy poco conocido cuán íntimamente estuvo conectada la filosofía alemana con la revuelta de los pueblos alemanes contra Napoleón. No fue una revuelta de masas contra masas, sino de una nación contra la masa. La revuelta de los alemanes contra Napoleón fue la consecuencia de su espíritu nacional. Un pueblo es algo diferente de la masa, porque la conformación de los individuos en una Nación no es la consecuencia del azar y las reacciones espirituales generales, sino de las características raciales y geográficas comunes a ellos".

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