sábado, 25 de abril de 2009

Alfonsín (I)


Los homenajes que se le han realizado al Dr Raúl Alfonsín luego de su fallecimiento (en rigor de verdad, habían comenzado tiempo antes suponiendo un rápido agravamiento de su salud) se caracterizan por ser retóricos discursos en los cuales no se nombra ninguna gran realización TANGIBLE de este ex-presidente. Calificativos tales como "padre de la democracia", "honesto presidente", "político de raza", y un largo etcétera, jalonan a locuaces oradores dispuestos a ocupar un papel en los medios que la realidad política hoy les niega.

¿Qué nos deja Alfonsín? Poco y nada.
Un orador encendido y pícaro. Un radical que jugaba a ser socialdemócrata, que coqueteaba con Gramsci y la internacional socialista.
Una persona que a sus íntimos les confesó que gobernar lo aburría (no así la rosca política) obviamente no podía dejar otra herencia que la que dejó. Un partido arruinado, un país destruído.


Con Alfonsín comenzaron a surgir ciertos temas que con el correr de los años causarían graves perjuicios a la sociedad argentina:

1. El delincuente tiene más derechos que las víctimas. Crecimiento exponencial de la inseguridad.
2. La opinión sobre los 70 de las organizaciones subversivas se convierte en la historia oficial. CONADEP y compañía.
3. La destrucción de las fuerzas armadas. (A pesar que lo salvaron en el 89 del ataque del MTP al cuartel de Tablada)
4. La democracia es el bien supremo. Si se roba o se mal gobierna o lo que sea, lo importante es que estamos en democracia.
5. Los sentimientos nacionales son malos (fachos), lo que derivó en la persecución del nacionalismo cuyos militancia hasta tuvo víctimas...en democracia.


Y mucho más. Seguiremos. Se escuchan opiniones.

2 comentarios:

Occam dijo...

-La pobreza es estructural. Más pobres que nunca.
-Las cagadas las hicieron los anteriores (o mal de la pesada herencia). Nosotros no tenemos la culpa.
-Se terminó para la clase media la ética del "compromiso revolucionario". Ahora los cabezas que se jodan abiertamente. Mientras vamos de shopping, decimos que los queremos y que pensamos siempre en ellos.
-El doble discurso obsceno. Somos demócratas hasta que llegamos al gobierno, o cuando lo dejamos. Cuando estamos en el poder, todos son enanos fascistas, gorditos que no pueden opinar, se aplica la detención intempestiva a los intelectuales que no nos gustan por orden del PEN, se crea una SIDE paralela para escuchas, extorsiones y secuestros varios, etc., etc.
-Está mal hacer. Hay que dejar que los otros hagan. Yo no planifico urbanísticamente. Soy demócrata porque tolero que me hagan una villa en Parque Las Heras.
Yo no me preparo para la defensa. Soy demócrata porque dejo que de eso se ocupen mis vecinos, y yo luego arreglo con ellos (porque soy un vivo bárbaro) un pacto de asistencia recíproca (que tanto sirven en la historia del derecho internacional, ja, ja, ja).

Luego se me ocurrirán otras.
Mis cordiales saludos.

Incorrecto dijo...

¿Estuvo bien que el ejército haya retomado en control del cuartel de Tablada? Según la lógica alfonsinista, no, porque se trataba de un caso de conmoción interna o como quieran llamarlo. Debería haberse atacado solamente con la policía y los boy-scouts. Pero no, los asustados demócratas cerraron filas y cachas y terminaron felicitando a los comandos del ejército que entraron a sangre y fuego y pudieron derrotar (o aniquilar) a los agresores. Nunca nos olvidemos esto, el ejército no debería haber intervenido. Pero era tal el cagazo...
Coherencia Occam, coherencia.

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