"Transgredir la ley, a veces, no está tan mal". Eso es lo que piensa un alto porcentaje de porteños. Veámoslo en la práctica, luego de un breve paseo por el microcentro de Buenos Aires.
Caso 1: Los bici-voladores
Es en lo que deberían convertirse los ciclistas para transitar por este carril preferencial, cotidianamente ocupado por automóviles de toda índole, muchos de ellos luciendo la chapa de bronce que los identifica como automóviles oficiales.

Caso 2: Yo también transgredo
Los ciclistas tampoco ayudan: no usan casco y ocupan la senda peatonal y un poco más con el semáforo en rojo.

Caso 3: La alegría de ser grande
El verde colectivo, pone luz de giro izquierda para girar en un lugar donde no puede hacerlo. "Siga siga!!", diría Lamolina.

...y nadie dice nada. Eso sí, en Santa Fé, no solo el voto es obligatorio como en el resto del país, sino que también son obligatorias las internas abiertas de los partidos políticos. O sea, los obligan a ser parte de la payasada general, pero nadie obliga a nadie a cumplir las leyes básicas de convivencia. Algunos -muchos-, a esto lo llaman democracia. Y le dicen al pueblo que ellos gobiernan.
Son todos aquellos que quieren mantener la democracia, porque la democracia, los mantiene a ellos....A buen entendedor, pocas palabras.
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